Las palabras de Mayeuta me encontraron en un momento en donde los últimos 30 años de mi vida se volvían una historia nueva, una en donde el maltrato psicológico había aparecido a poner fin, ella vio la urgencia en mi, pero también el deseo de ser valiente, de abandonar y reconstruirme, hubieron preguntas difíciles que condujo con ternura, y por más doloroso que fue darles respuesta con su contención se convirtieron en renaceres. Hoy después de un año bajo su guía puedo decir que no tengo miedo, porque me dio las herramientas, me potenció para saber que puedo, que me tengo a mi misma, que puedo cambiar, que puedo dudar, asustarme y volver fortalecida. Agradezco a la vida Maye, por tu existencia, por tu guía cariño y pasión en tu entrega.