La ansiedad nos afecta negativamente, pero puede ponerse bajo control. La ansiedad es una parte esencial de la condición humana y es experimentada universalmente, pero en ocasiones puede causar angustia y otras reacciones negativas, lo que la convierte en un trastorno patológico que requiere tratamiento psicológico para poder combatirla y superarla con éxito. La aparición …
La ansiedad nos afecta negativamente, pero puede ponerse bajo control.
La ansiedad es una parte esencial de la condición humana y es experimentada universalmente, pero en ocasiones puede causar angustia y otras reacciones negativas, lo que la convierte en un trastorno patológico que requiere tratamiento psicológico para poder combatirla y superarla con éxito.
La aparición de sus síntomas y causas es una respuesta emocional normal a estímulos o situaciones que percibimos como una amenaza para nuestra integridad.
La ansiedad actúa como un mecanismo de vigilancia del organismo, lo que nos permite percibir posibles peligros y, por tanto, desempeña un papel protector. De hecho, si este mecanismo de protección no existiera, nuestra especie habría tenido dificultades para desarrollarse. El mecanismo provoca una serie de alteraciones en nuestro cuerpo que facilitan la gestión de situaciones peligrosas.
Sin embargo, en numerosas ocasiones, la ansiedad se manifiesta en nuestras vidas sin tener una función adaptativa. Por el contrario, se convierte en un trastorno patológico que actúa como un mecanismo defectuoso que se activa en situaciones en las que no hay amenazas reales. Es en estos casos donde se presentan los trastornos de ansiedad.
SÍNTOMAS COMUNES DE LA ANSIEDAD
La ansiedad es un fenómeno complejo que afecta diversos aspectos de la persona:
A nivel físico
Aceleración del ritmo cardíaco o palpitaciones, opresión en el pecho, sudoración, dificultad para respirar, tensión muscular, temblores, molestias en el sistema digestivo, mareos o sensación de inestabilidad.
A nivel cognitivo y emocional
Nerviosismo o angustia, pensamientos catastróficos o negativos, ideas obsesivas, dificultades para concentrarse o mantener la mente en blanco, olvidos y distracciones frecuentes, preocupaciones excesivas, pensamiento acelerado y dificultad para tomar decisiones, irritabilidad, despersonalización y desrealización.
A nivel conductual
Bloqueos, evitación de situaciones, hipervigilancia, cambios en el patrón de sueño o alimentación, aislamiento social, falta de control en las reacciones.
CAUSAS DE LA ANSIEDAD
Hace miles de años, el ser humano se enfrentaba a peligros que ponían en riesgo su vida y la ansiedad le ayudaba a sobrevivir al prepararlo para luchar o huir. Sin embargo, en la actualidad, la sociedad ha evolucionado y estos peligros son menos frecuentes. A pesar de ello, el sistema de alarma que genera la ansiedad no ha evolucionado al mismo ritmo y se activa incluso en situaciones donde no se necesita una respuesta de lucha o huida.
Los “peligros” a los que nos enfrentamos hoy en día son de orden social y psicológico, como el miedo al fracaso, la decepción de los demás o de nosotros mismos, la falta de autoestima, el temor a no ser suficientes o a no ser valorados positivamente, entre otros. Estos estímulos generan ansiedad, pero no podemos hacer frente a ellos con una respuesta de lucha o huida, lo que conduce a una ansiedad patológica.
Además de la activación inadecuada del mecanismo de supervivencia, existen otros factores relacionados con el desarrollo de trastornos de ansiedad.
Se han llevado a cabo estudios que han asociado la genética con los trastornos de ansiedad. En 2001, un grupo de investigadores del Hospital del Mar en Barcelona descubrieron que las personas con ansiedad tenían una región duplicada del cromosoma 15.
Otro factor implicado en la ansiedad es el temperamento. Las personas autoexigentes, perfeccionistas, con baja tolerancia a la incertidumbre y a la frustración tienen mayor predisposición a desarrollar trastornos de ansiedad.
Tipos de ansiedad
Existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad que se manifiestan de manera distinta según el tipo de amenaza percibida.
Trastorno de pánico
Este trastorno se caracteriza por la aparición súbita de un miedo o malestar intenso que alcanza su máxima expresión en pocos minutos. Durante los ataques de pánico, pueden presentarse síntomas como palpitaciones, aceleración de la frecuencia cardíaca, sudoración, sacudidas o temblores, sensación de asfixia, náuseas o malestar abdominal, mareo, inestabilidad o desmayo, entumecimiento u hormigueo, sensación de irrealidad, miedo a perder el control o a volverse loco, y miedo a morir. La persona afectada puede experimentar un temor constante a padecer nuevamente estos síntomas.
Agorafobia
La agorafobia se caracteriza por una intensa sensación de miedo o ansiedad ante situaciones en las que la persona teme no ser capaz de escapar o recibir ayuda en caso de que aparezcan síntomas de un ataque de pánico. Debido a esto, la persona evita activamente estos lugares o necesita estar acompañada para poder afrontarlos.
Fobia social
La fobia social se caracteriza por un miedo o ansiedad intensa que se presenta en una o más situaciones sociales donde la persona está expuesta a los demás. La persona puede sentir un temor desproporcionado a actuar de cierta manera o a mostrar síntomas de ansiedad que puedan ser valorados de forma negativa por parte de los demás. Como resultado, la reacción a estas situaciones es la evitación, ya que se tiene miedo al rechazo.
Fobias específicas
Miedo o ansiedad intensa ante un objeto o situación específicos (como volar, las alturas, animales, inyecciones, ver sangre, etc.). Este miedo es desproporcionado al peligro real que entrañan estas situaciones, lo que lleva a la persona a evitarlas activamente o a resistirse a ellas. Si no se pueden evitar, la persona vive con un miedo intenso a dicha situación.
Trastorno de ansiedad generalizada
Un patrón de preocupaciones excesivas relacionadas con diferentes aspectos de la vida que provoca estados de inquietud y nerviosismo, así como fatiga, dificultad para concentrarse o mantener la mente en blanco, tensión muscular, problemas de sueño e irritabilidad.
Trastorno obsesivo-compulsivo
Experimentación de pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes que aparecen de forma intrusiva y no deseada (obsesiones), causando una elevada ansiedad. La persona intenta suprimir estos pensamientos o neutralizarlos con otros pensamientos o actos (compulsiones), invirtiendo un tiempo prolongado y que suelen interferir en las actividades cotidianas.
Estrés postraumático
Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos de sucesos traumáticos, acompañados de evitación de estímulos o situaciones que puedan recordar aspectos del suceso traumático. Al mismo tiempo, se produce un estado emocional negativo persistente, como miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza, que lleva a la persona a una importante disminución del interés o participación en actividades significativas y a un desapego con los demás.
Hipocondría
Preocupación excesiva y persistente ante la posibilidad de padecer o estar padeciendo una enfermedad, a partir de la interpretación personal de sensaciones corporales. Estas sensaciones corporales, que pueden ser normales, son interpretadas de manera catastrófica, lo que hace que aumente la ansiedad y las sensaciones corporales asociadas al proceso ansioso, que se volverán a interpretar de manera catastrófica.
Dismorfofobia
Preocupación por uno o más defectos o imperfecciones percibidos en el aspecto físico que no son observables o parecen sin importancia para los demás. Como respuesta a esta preocupación, la persona realiza comportamientos o actos mentales repetitivos. Esta preocupación causa malestar significativo o un deterioro en el ámbito social, laboral u otras áreas.
Trastornos por separación
Miedo o ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo ante su separación de aquellas personas por las que siente apego. La persona presenta una preocupación excesiva por la posible pérdida de las figuras de mayor apego o de que puedan sufrir un posible daño, como una enfermedad, calamidades o muerte. En los niños, esta preocupación se manifiesta en el miedo a perderse, tener un accidente o enfermar que cause la separación de una figura de gran apego.
Mutismo selectivo
Incapacidad persistente para hablar en situaciones específicas en las que se espera que la persona hable, como en la escuela, a pesar de que puede hablar en otras situaciones.
CONSECUENCIAS DE LA ANSIEDAD
Dependiendo del nivel de ansiedad que experimente una persona, su impacto en la vida diaria puede ser más pronunciado y su interferencia en actividades necesarias para su desarrollo personal, laboral, social o familiar puede ser mayor. En algunos casos, las personas con ansiedad pueden evitar salir de casa o interactuar con los demás, lo que afecta significativamente su calidad de vida.
Además, es común que la ansiedad esté acompañada de trastornos del estado de ánimo, lo que puede intensificar el cuadro de ansiedad.
Todo esto puede llevar a que la persona se sienta agotada y sin energía, lo que hace que cualquier situación parezca abrumadora e inmanejable.
Con el tiempo, este desgaste puede generar sentimientos de incapacidad y afectar la autoestima de la persona.
TRATAMIENTO DE LA ANSIEDAD
El tratamiento de la ansiedad se centra en disminuir los síntomas físicos ansiosos que se generan ante la exposición al estímulo ansioso, y para ello existen técnicas eficaces como la relajación o el mindfulness.
Además, en terapia se aborda la modificación de los pensamientos catastróficos que están en la raíz del trastorno de ansiedad, ya que estos pensamientos suponen una exageración de la amenaza y de las consecuencias percibidas por la persona que sufre de ansiedad.
En cuanto a la gestión de los estímulos ansiógenos, utilizamos la terapia de exposición para controlar las reacciones ansiosas frente a los estímulos generadores.
Dependiendo del grado de deterioro causado por el trastorno, la terapia de ansiedad puede ser complementada con técnicas para recuperar la autoestima, manejar el estrés y cualquier otra terapia necesaria para que la persona recupere el control de su vida.
Solicita una sesión de consulta, en la que evaluaremos detalladamente tu situación y diseñaremos la terapia más apropiada para ti.